Hiperhidrosis: mucho más que un trastorno de sudoración excesiva
Cómo controlar este malestar que llega a condicionar la vida de quien lo padece
La sudoración es un fenómeno fisiológico que mantiene la temperatura corporal eliminando el calor sobrante del cuerpo. En el cuerpo humano este mecanismo está regulado por el sistema nervioso autónomo y, más concretamente, por el sistema simpático.
La hiperhidrosis es la secreción excesiva de sudor, en una cantidad muy por encima de lo requerido para el control de la temperatura corporal. Puede ser axilar, palmar, plantar, cráneo-facial, según el lugar del cuerpo donde se produzca.
Hay distintos tipos de hiperhidrosis:
Hiperhidrosis primaria: existe un inapropiado funcionamiento del sistema simpático. Éste envía un estímulo exagerado a las glándulas sudoríparas y se produce una sudoración desmesurada en determinadas zonas del cuerpo.
Hiperhidrosis secundaria: manifestación de otro proceso patológico, como hipertiroidismo, terapia hormonal o disfunción hormonal.
Consecuencias físicas y sociales
La hiperhidrosis es responsable de consecuencias no sólo físicas sino también anímicas.
A estos problemas se une el efecto psicológico que tiene la hiperhidrosis en la calidad de vida de las personas que la padecen, afectando a la vida diaria, a la relaciones sociales, aspecto físico, etc.
La prevalencia de la hiperhidrosis se sitúa alrededor del 3% de la población.
Se trata de un trastorno que suele iniciarse en la infancia o pubertad y normalmente dura toda la vida, aunque la gravedad disminuye hacia los 50 años.
Controlar la hiperhidrosis sin que la piel se irrite
El control de la hiperhidrosis no es fácil. El uso de antitranspirantes convencionales nunca es suficiente para conseguir un buen control de la sudoración. Por otra parte, el tipo de sustancias empleadas en las formulaciones para el control de la hiperhidrosis suelen ser muy mal toleradas por la piel, lo que conlleva a restringir su frecuencia de uso y eso condiciona su efectividad.
Tradicionalmente, los productos más utilizados han sido sales de aluminio (cloruro de aluminio), pese a su capacidad irritante que las hace especialmente mal toleradas e impiden su uso diario, obligando a espaciar las aplicaciones.
Existen otros métodos para el control de la hiperhidrosis, aunque son más invasivos y no siempre están indicados para todo tipo de pacientes.
Un reto terapéutico es el control diario de la hiperhidrosis que a su vez no irrite la piel.
La posibilidad de uso de un antitranspirante a diario, con una buena efectividad en el control de la sudoración excesiva y a la vez que sea bien tolerado es un avance claro en las posibilidades de tratamiento.
Hay que considerar que el paciente que sufre de hiperhidrosis de forma continuada tiene una maceración local de la piel que lo hace más susceptible a la proliferación de organismos, presentando por tanto un mayor riesgo de infección.
—————
Contacto
José Juan García HerranzAvd. Luís de Morales 24, esc.2 - 3º
41018 Sevilla
954537940
joseju@ono.com